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Woods: debajo de la máscara de acero, un amante del peligro

ASHBURN, Virginia, EE.UU. (AP). Sus rivales decí­an en broma que si partí­an en dos a Tiger Woods, dentro de su cuerpo se encontrarí­an cables y tornillos.

Al verlo devorarse los campos de St. Andrews hace una década, Tom Watson, ganador de cinco ediciones del Abierto Británico, comentó que lo que hací­a Woods era "sobrenatural".

Las novedades de las últimas semanas, no obstante, demostraron que, al final de cuentas, Woods es de carne y hueso.

A medida que se acerca el inicio de una nueva temporada de golf sin Woods, quien se ha alejado del deporte para resolver sus problemas personales, surge un interrogante: ¿Alguien conoce realmente al genial golfista?

Mientras Woods decide qué hacer de su vida tras la aparente ruptura de su matrimonio al salir a la luz una cantidad de infidelidades, quienes estaban más cerca suyo dicen que siempre fue un individuo que tení­a todo bajo control en el golf y corrí­a riesgos en su vida privada.

Durante un viaje a Nueva Zelandia para el casamiento de su caddie, Woods hizo un salto en bungee desde una altura de 134 metros (440 pies). En el mismo viaje, se sentó al volante de un auto de carrera y se lanzó a una pista de tierra en la que los vehí­culos se tocaban entre sí­ a toda velocidad.

Woods pasó una semana en el Fort Bragg sometiéndose a los mismos entrenamientos que las fuerzas especiales de los marines y se hizo un buceador experto, capaz de aguantar la respiración cuatro minutos. Fue precisamente un relato de sus aventuras marinas que les dio a sus colegas un aviso de su personalidad oculta, amante del peligro.

Durante un almuerzo en el Firestone Country Club en el 2003, Woods le contaba a Darren Clarke y Thomas Bjorn sus experiencias como buceador y en la pesca de marlines. Dijo que podí­a permanecer bajo el agua incluso más de cuatro minutos, usando un regulador. Pero que las vistas eran mucho mejores sin uno.

"Uno no quiere que haya burbujas porque espantan a los peces", comentó. "El único problema es que si uno no hace burbujas, se acercan los tiburones".

Bjorn se alarmó y le dijo: "Ten cuidado. Nuestros ingresos futuros dependen de ti".

Aludí­a al impacto comercial que tiene la presencia de Woods en los torneos.

Woods no se hace ver desde el 27 de noviembre, en que estrelló sus camioneta deportiva contra un árbol a las 02.30 de la mañana y comenzó a salir a la luz una vida oculta, inimaginable hasta entonces.

Nunca fue un individuo perfecto: a veces se irritaba, usaba un lenguaje soez e ignoraba a quienes le pedí­an autógrafos. Pero esas cosas eran ignoradas o perdonadas en cuanto Woods comenzaba a dar golpes mágicos en los campos de golf.

Su talento único no lo está ayudando a poner fin al festí­n que se hacen los tabloides con sus romances extramatrimoniales. Una de las mujeres con las que tuvo relaciones le entregó a un programa las grabaciones de mensajes hablados que le dejó Woods. La mujer dice que la relación comenzó cuando la esposa de Woods estaba en el séptimo mes de embarazo, esperando el primer hijo de la pareja. A partir de allí­ surgieron más revelaciones sórdidas y en cuestión de semanas Woods habí­a caí­do de su pedestal y era la comidilla de los comediantes.

Woods y Elin Nordegren se casaron en el 2004 y tuvieron dos hijos hermosos. Parecí­an una familia ideal y Woods daba la impresión de tener todo lo que un hombre puede desear.

Ahora que todo se vino abajo, resta por verse que sucederá con el matrimonio y cuándo regresará Woods al golf.

Es previsible que, cuando vuelva, será tan dominante como antes. Alguien que ha ganado 84 torneos, incluidos 14 grandes, antes de cumplir 34 años no se olvida de cómo jugar de la noche a la mañana. De hecho, Woods todaví­a no alcanzó la edad de mejor rendimiento de un golfista y se da por descontado de que batirá la marca de 18 torneos grandes del legendario Jack Nicklaus.

Woods, no obstante, se topará con un mundo distinto al que estaba acostumbrado: no se descarta que los aficionados que lo idolatraban ahora se muestren hostiles y que muchos jugadores le den la espalda.

Anthony Kim, prometedor jugador que trabajó con Woods, dice que, para él no ha cambiado nada. Woods será "la misma persona de siempre".

FUENTE: Agencia AP

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