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La era Pujols cobra su primera ví­ctima: un coach de bateo

NUEVA YORK (AP). Lo de siempre. Cuando un equipo de béisbol cae en una profunda espiral negativa, el individuo con funciones de coach es quien paga los platos rotos.

Y en el monumental fiasco que ha sido hasta ahora la edición 2012 de los Angelinos de Los Angeles, con Albert Pujols como lí­der, la ví­ctima fue el coach de bateo, Mickey Hatcher.

El señor Hatcher habí­a estado en el puesto durante más de 12 temporadas, como parte del grupo original de colaboradores del piloto Mike Scioscia.

Con Hatcher, los Angelinos fijaron en 2009 récords de la franquicia en prácticamente todos los renglones ofensivos posibles, desde promedio colectivo, carreras, hits y jonrones hasta producción de carreras con hombres en posición de anotar. Se ganó el campeonato de la Serie Mundial en 2002, el único en la historia de la franquicia, y clasificarse a la postemporada fue habitual.

Este año, sin embargo, los Angelinos llevaban 141 carreras anotadas al comenzar la jornada del jueves para situarse en el puesto 22 entre 30 equipos en las mayores. También acumulaban ocho derrotas por la ví­a del blanqueo, una cifra sin precedentes tras un tránsito de apenas mes y medio de la campaña. El porcentaje colectivo de embasado de .304 sólo superaba a otros cuatro conjuntos.

A la cabeza del apagón ofensivo se encuentra el dominicano Pujols, el hombre con tres premios al Jugador Más Valioso de la Liga Nacional, el mejor pelotero de su generación, el que optó por irse de San Luis para firmar un contrato de 240 millones de dólares y 10 años.

También están los flojos números de Erick Aybar, bateando por debajo de .200 tras renovar su contrato por cuatro años. Torii Hunter (.256) y Vernon Wells (.244) tampoco han colaborado.

Con marca de 17-21, y siete juegos atrás de los lí­deres de su división Rangers de Texas, el gerente general Jerry Dipoto no tuvo otro remedio que tomar medidas drásticas y el despido de Hatcher se hizo inevitable.

La responsabilidad de coach de bateo ahora está en manos de Jim Eppard _quien en las menores cultivó el talento de Aybar, Kendrys Morales, Mark Trumbo y Howie Kendrick_ para ver si puede dar con la tecla.

Obviamente, todos salieron a decir que Hatcher no era el único responsable del atasco.

"No estamos en un bajón ofensivo por culpa de Mickey", dijo Scioscia, quien fue compañero de equipo de Hatcher con los vecinos Dodgers que conquistaron la Serie Mundial de 1998. "Mickey ha sido un gran maestro y un gran coach de bateo, y hemos tenido mucha continuidad aquí­. Pero todos respetamos lo que debe hacer el gerente general. Jerry está en una situación en la que debe tratar de hacer los cambios que considera que nos servirán para mejorar y eso hay que respetarlo".

"Ofensivamente, hemos rendido por debajo de nuestro potencial y todos comparten la responsabilidad de lo que ha ocurrido este año", destacó Dipoto.

Ninguno quiso señalar individualmente el apellido Pujols dentro de la discusión.

Cuando el miércoles le preguntaron si el mal arranque del primera base influyó en el despido de Hatcher, Dipoto respondió con un parco "no".

Pujols fue el tí­pico Pujols.

Antes del juego del miércoles ante los Medias Blancas de Chicago no quiso hablar sobre el tema Hatcher, recriminándole a los periodistas _palabras más, palabras menos_ que estaban interesados en explotar un ángulo para sus notas.

Luego del juego, en el que bateó su segundo jonrón de la campaña (uno de tres carreras) Pujols sí­ quiso hablar sobre Hatcher: "Le guardo mucho respeto a Mickey. Nunca se tomó su trabajo a la ligera. Fue alguien que siempre estuvo positivo. Fue algo que yo admiré".

Claro está, Pujols estaba de mejor humor. Después de todo, su promedio de bate ha subido 16 puntos porcentuales en los últimos tres juegos para llegar a .213.

Pero los Angelinos ya deben haber tomado apunte de la voluble personalidad de Pujols.

Ahí­ está el episodio ocurrido hace un par de semanas cuando Hatcher tuvo la "osadí­a" de compartir con la prensa algunos aspectos de lo que se habí­a hablado en una reunión en el seno del equipo. Esencialmente, Hatcher contó que Pujols arengó a sus compañeros con sus vivencias de prolongadas malas rachas cuando estuvo con los Cardenales, y de que de todas formas ganaron una Serie Mundial.

Al enterarse, Pujols reaccionó negativamente al afirmar que esos eran detalles que debí­an permanecer en privado y que como tal se lo iba a recordar al coach.

Huelga advertir que Hatcher no compartió nada que tuviese que ver con estrategia de bateo, ni asuntos personales.

Aún falta mucho trecho por recorrer en esta temporada y, sobre todo, muchí­simo en lo que resta del contrato de Pujols. Y un talento natural como el suyo, por más que se ha visto abrumado estos meses, nunca pero nunca debe ser menospreciado.

Pero si las cosas empeoran, pues ya saben quién puede ser el próximo en caer: el manager. Y Dipoto bien harí­a en buscar el número de teléfono del agente del desempleado Terry Francona.

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Eric Núñez está en Twitter como http://www.twitter.com/EricNunezAP

FUENTE: Agencia AP