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En su último año, Edgar Martínez se cita con Cooperstown

Cuando Edgar Martínez sacudió el swing más famoso de su carrera — "El Doble" como se le conoce en Seattle y zonas vecinas — ya tenía 32 años.

Su carrera despegó tarde. Así que esperar todos los 10 años en la papeleta del Salón de la Fama del béisbol antes de ser elegido a Cooperstown fue otro capítulo en el trayecto de su carrera.

“Con la espera, pues creo que ahora soy más maduro. Siento que lo he disfrutado más en este momento con mi familia, con mis hijos que son mayores ahora. El significado es mayor ahora”, dijo Martínez. “La espera valió la pena para mí”.

En su último año de elegibilidad en la papeleta de la Asociación de Cronistas de Béisbol de Norteamérica, Martínez fue elegido el martes con el 85,4 por ciento del voto.

Su elección representó un giro notable, al repuntar en sus últimos cinco años de elegibilidad tras haber quedado relegado al principio.

Un esfuerzo colectivo, de los Marineros al difundir constantemente sus logros, los fanáticos que le adoraban, y los votantes que comenzaron a darle importancia a un jugador que básicamente se desempeñó como bateador designado.

“Creo que eso influyó mucho en mi elección”, dijo Martínez sobre el empeño de los Marineros. “Hicieron un trabajo increíble al difundir la información sobre mi carrera en los últimos siete años. Ese esfuerzo y trabajo que hicieron es una de las principales razones de que ahora estoy hablando con ustedes”.

Martínez es el segundo jugador que se abre paso a Cooperstown bajo la divisa de los Marineros. Se unirá a Ken Griffey Jr., quien hasta este año tuvo el porcentaje de voto más alto de la historia con 99,3 por ciento en 2016. Griffey fue superado por Mariano Rivera, seleccionado de manera unánime el martes.

“Al fin tendré compañía. ... Este es uno de esos días que la familia de los Marineros nunca olvidará”, dijo Griffey a MLB Network.

Martínez será el quinto puertorriqueño en Cooperstown, uniéndose a Roberto Clemente, Orlando Cepeda, Roberto Alomar e Iván Rodríguez.

Cuando Martínez bateó su doble en cuenta de 0-1 ante Jack McDowell por la raya del bosque izquierdo en el 11mo inning del quinto juego de la serie divisional de 2005 contra los Yanquis, remolcando a Joey Cora y Griffey con las anotaciones del empate y la victoria para llevarse la serie, le dio a Seattle un momento icónico. En ese momento, Martínez apenas llevaba cinco temporadas completas en las mayores, después de transitar cinco campañas en las menores y perderse una buena porción de la de 1993 por una lesión que puso fin a su carrera como tercera base,

Fue lo conseguido por Martínez entre sus 33 y 44 años lo que le llevó a Cooperstown. A partir de 1996 hasta que se retiró en 2004, Martínez bateó para .311 con 1.379 hits, un porcentaje de embasado de .424 y un OPS de .955. Cinco de sus siete selecciones al Juego de Estrellas fueron durante ese periodo. Ese nivel de producción al final de su carrera dejó pensando a mucho los acumulados que hubiera tenido Martínez de no emerger como titular a los 27 años.

Su votación del último año marcó el cuarto año seguido en la que dio un salto de doble dígitos en su porcentaje de votación. Hace solo cinco años, Martínez rondaba el 25 por ciento y al año siguiente apenas subió a 27 por ciento.

Pero las referencias de ex rivales y compañeros que están en el Salón de la Fama, más el análisis estadístico, apuntalaron sus posibilidades.

“No sabía con exactitud cómo iba a sentirme, pero es una sensación maravilloso recibir esa llamada y finalmente saber que te eligieron para el Salón de la Fama”, dijo Martínez. “Es un momento especial. Es algo que podré compartir con la familia, el pueblo de Puerto Rico, los fanáticos y Seattle”.

FUENTE: AP