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Cotto-Margarito II, una revancha personal

NUEVA YORK (AP). A primera vista, el combate que Miguel Cotto y Antonio Margarito disputarán el sábado en el Madison Square Garden es una revancha de rutina.

Pero la segunda parte de Cotto-Margarito no cabe en esa categorí­a: este es un combate rodeado de circunstancias que le han convertido en una especie de rencilla personal.

Y es por eso que es una pelea que está generando grandes expectativas, cuando apenas 500 entradas quedaban disponibles a mitad de semana.

No importa que el duelo por el tí­tulo súper welter de la AMB, en manos de Cotto, enfrente a dos rivales treintañeros cuyas destrezas sobre el ring se han erosionado considerablemente.

Hace tres años, en una vibrante pelea, el mexicano Margarito le quitó el invicto a Cotto _y el cetro welter_ al noquearle en el undécimo asalto.

Cotto insistió el miércoles que aceptó su derrota "como un hombre", pero al mismo tiempo no perdió la oportunidad para denigrar a su oponente mexicano.

Para Cotto, Margarito es un "criminal por usar un arma en contra de otro" y una "vergüenza para el mundo del boxeo y para México"

Cotto no puede evitarlo. El puertorriqueño está convencido que Margarito hizo trampa en 2008, una sospecha que fundamenta en que el ex entrenador de Margarito, Javier Capetillo, fue sorprendido tratando de ponerle yeso a los guantes del mexicano previo a una pelea que perdió posteriormente ante Shane Mosley.

El razonamiento de Cotto es sencillo: si Margarito hizo trampa entonces, pues debió hacerlo antes. Durante la antesala al combate, Cotto no se cansa de mostrar en su teléfono móvil una foto que en la que aparece lo que considera un vendaje sospechoso de Margarito.

Esto tiene sin cuidado a Margarito, quien se burló del trato despectivo de Cotto.

"No sé porque anda diciendo que soy un criminal o una mala persona. Yo no ando por ahí­ pegándole a mi familia", contestó Margarito, al recordar el conflicto que provocó el cisma de la relación de Cotto con Evangelista, su tí­o y ex entrenador.

"Habla porque es lo que único que sabe hacer. Habla porque tiene boca no más", añadió.

Que estén intercambiando jabs verbales a pocos dí­as de la pelea estuvo a punto de no suceder.

No fue hasta la semana pasada que la Comisión Deportiva del Estado de Nueva York le concedió a Margarito la licencia para boxear, luego de que éste debiera someterse a una serie de exámenes con el fin de determinar que su ojo derecho está bien.

Margarito sufrió una fractura en la órbita del ojo en la paliza que le propinó Manny Pacquiao en noviembre del año pasado.

La ambivalencia de las autoridades de Nueva York puso en ascuas la realización de la pelea, al extremo que su promotor Bob Arum contempló trasladarla a otro estado.

Muchos consideran que Margarito está arriesgando su fí­sico, inclusive su vida, al exponer su ojo a otra golpiza a un año de la pelea con Pacquiao.

"Le puede pegar con todo a mi ojo, todo lo que quiera", dijo Margarito. "No me va a hacer nada. Su pegada es de una niña. Mi cuñado pega más fuerte y es un peso mosca".

Cotto insiste que no saldrá con una estrategia diseñada a castigar el ojo de Margarito: "Nos entrenamos para todo, nada especí­fico. Sabemos y entendemos que si algo ocurre durante la pelea y tenemos alguna ventaja, vamos a aprovechar".

Pero también se expresó perplejo que Margarito y Arum hayan querido montar la pelea con el riesgo de un daño más severo en el ojo.

"Mi salud es lo primero", señaló Cotto. "Jamás en la vida seré marioneta de nadie para exponer mi salud".

FUENTE: Agencia AP