JOHANESBURGO (AP). El Mundial de fútbol es ya una realidad en Sudáfrica y pocos negarían que ello fue posible, en gran medida, a la figura de Nelson Mandela.
El ex presidente sudafricano y líder de la lucha contra el apartheid cumplirá 92 años una semana después de la final del mundial, el 11 de julio.
Hoy, probablemente, está demasiado débil para repetir su memorable gesto de entrega de la Copa Mundial de Rugby en su país en 1995.
Vestido con una camiseta verde de la selección de rugby de Sudáfrica, entregó el trofeo al capitán del equipo, Francois Pienaar.
"Francois, muchas gracias por lo que usted ha hecho por nuestro país", dijo Mandela al jugador, un afrikaaner blanco.
"No, señor presidente", replicó Pienaar. "Gracias a usted por lo que ha hecho por nuestro país".
Pienaar recuerda cómo Mandela, que podría haber salido de la cárcel a buscar venganza contra la minoría opresora blanca, en vez de ello se la ganó con su actitud abierta y humilde. Y se hizo amigo de los jugadores y aficionados al rugby, en su mayoría blancos.
"Adoptamos un lema _'un equipo, un país'_ porque nos dimos cuenta que ese torneo era para todos en Sudáfrica, y que si nos iba bien todos los sudafricanos nos sentiríamos orgullosos", señaló Pienaar.
"Subestimamos cuánto orgullo podíamos dar a Sudáfrica", agregó.
El mundo vio como Sudáfrica unida pudo organizar un gran torneo deportivo internacional, pese a los temores por sus alarmantes niveles de criminalidad en las grandes ciudades. Luego, organizó con éxito el mundial de cricket y el año pasado la Copa Confederaciones de fútbol.
Ahora, los aficionados al rugby, en su mayoría de ascendencia inglesa o afrikaaner, apoyan al equipo nacional de fútbol. Y aunque la selección local parece con pocas posibilidades frente a las grandes potencias, los hinchas, desde Mandela hasta los pobres residentes de los barrios pobres, se preparan para alentar a los "Bafana, Bafana", como se conoce al equipo.
Mandela estuvo preso 18 años en Robben Island, cerca de Ciudad del Cabo.
En ese lugar, donde los presos formaron su propia liga de fútbol y ahora tienen una asociación honorífica con la FIFA, se puede ahora ver el moderno estadio Green Point, con capacidad para 70.000 espectadores. Ocho partidos del mundial se disputarán allí.
Ello es otro tributo a Mandela.
Ali Bacher, integrante del equipo sudafricano de cricket expulsado de las competencias internacionales por la política racista del gobierno y que se oponía a esa práctica, se hizo amigo de Mandela.
Bacher espera ver ahora en Green Point y otros estadios a blancos y negros compartiendo las graderías.
"La comunidad afrikaaner apoyará el mundial", dijo Bacher. "Se ha dicho mucho que los afrikaaner han aceptado más que el idioma inglés. Se han adaptado y aceptado a la mayoría negra".
Bacher contó cómo Mandela se ganó a la los blancos afrikaaner y hasta convenció a su partido político usar el odiado emblema de los Springboks en la camiseta de la selección de rugby.
"En la antigua Sudáfrica, sólo los blancos podían usar el emblema Springboks", dijo Bacher. "En el mundial de rugby de 1995 él (Mandela) respaldó públicamente el emblema Springboks".
"Me dijo: 'Ali, tú y yo hemos sido amigos durante mucho tiempo. Tú sabes cuán importante es el rugby. Sabemos cuán importante es el emblema Springboks para los blancos'".
Así logró que los afrikaaner lo respaldaran como primer presidente negro.
"Salió a la cancha, y el 95% de los aficionados corearon su nombre", contó Bacher. "Mandela es increíble. Lo adoran. Un hombre especial".
FUENTE: Agencia AP