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El mordisco de Suárez tritura el sueño uruguayo de un segundo Maracanazo

Con un mordisco, Luis Suárez trituró el sueño de un segundo Maracanazo uruguayo 64 años después y la mano de hierro de la FIFA noqueó al 'Pistolero' con una durísima sanción que lo desterró del Mundial Brasil-2014.

La celeste se jugaba el pasaje a los octavos de final ante el tetracampeón mundial Italia. Con el partido 0-0 y las pulsaciones a mil, Suárez volvió a mostrar su peor cara al morder en el hombro al recio defensor Giorgio Chiellini.

El partido continuó sin que el juez se percatara del incidente, un cabezazo de Diego Godín le dio la clasificación a Uruguay (1-0) que eliminó a la 'azzurra' y de paso a Inglaterra, pero el calvario del astro charrúa recién comenzaba.

"Lo sabía de inmediato, tan pronto como pasó. Mi entrenador Óscar Tabárez, el Maestro, estaba de mal humor en el vestuario. Yo no podía mirar a mis compañeros, no sabía cómo podía pedirles perdón", relata Suárez en su autobiografía.

La marca de la mordida a Chiellini recorrió el mundo en segundos, las redes sociales se llenaron de 'memes' con Suárez convertido en Hannibal Lecter, la prensa inglesa no dudó en calificarlo como "asesino" y el rumor de una sanción ejemplarizante de la FIFA rugió con fuerza en todos los estamentos del deporte rey.

De inmediato, los uruguayos se encolumnaron detrás de su ídolo y transformaron en 'causa nacional' la defensa del delantero. Atrás quedaba la alegría por retar a la lógica y una vez más renacer de las cenizas, superando una sorpresiva derrota 3-1 ante Costa Rica en el debut mundialista, para luego con dos victorias dejar fuera de Brasil-2014 a dos excampeones mundiales.

- Del cielo al infierno -

A menos de un mes del inicio del Mundial, Suárez sintió el primer cimbronazo. Goleador de la Premier League con el Liverpool inglés, el delantero llegó a su país y horas después sufrió una lesión de meniscos que lo llevó al quirófano.

La exuberancia física y el talante del goleador -apuntalado por una afición que montó una vigilia para alentar su recuperación- ganaron la batalla y tras perderse el choque ante Costa Rica, Suárez saltó al campo ante Inglaterra.

Y Suárez no defraudó. Con dos goles fusiló a los ingleses con una derrota 2-1 que los dejó a un paso de la eliminación. Digno de un guión de cine, el segundo tanto llegó a pocos minutos del final del encuentro cuando el jugador -que luchaba contra los calambres- corrió con furia para anotar un gol que despertó el delirio de los 3,3 millones de uruguayos.

"Acá tienen", dijo entre sollozos el delantero al finalizar el choque. Atrás quedaban las dudas sobre el momento del jugador, el asedio de la prensa inglesa durante sus años en el Liverpool y las polémicas que protagonizó en la Premier, como la acusación de racismo que denunció el francés Patrice Evra, que terminó con una larga suspensión para el uruguayo.

El sueño de repetir el Maracanazo -épica victoria de la celeste ante Brasil en 1950 que le dio a Uruguay su segundo título mundial- seguía vivo.

Pero el precipicio estaba cerca. Apenas cinco días después de la victoria ante los ingleses sucedió el incidente con Chiellini, una especie de golpe al mentón que desmoronó años de lucha para borrar la imagen de 'chico problemático' que había forjado a fuerza de otros mordiscos, entre otras polémicas que han opacado la carrera de uno de los mejores delanteros del mundo en los últimos años.

- Sanción "desmedida" -

Como una bola de nieve, el caso Suárez creció de tal forma que pasó a ser uno de los temas dominantes del Mundial. Sólo la humillante derrota de Brasil ante Alemania por 7-1 y la posterior coronación de los germanos ante Argentina superaron la atención mediática que provocó el uruguayo.

La FIFA condenó a Suárez con 9 partidos de suspensión con Uruguay y la prohibición de participar en actividades relacionadas al fútbol -como entrenar en su club o acudir a estadios para presenciar encuentros- por cuatro meses.

"Sigo pensando que fue una sanción totalmente desmedida", dijo a la AFP el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF), Wilmar Valdéz, a casi seis meses del incidente.

Sin su máxima estrella y con el ánimo por el suelo, Uruguay cayó ante Colombia en octavos de final por 2-0.

"La FIFA son una manga (cantidad) de viejos hijos de puta", dijo entonces el presidente uruguayo José Mujica -conocido por su estilo directo- mientras recibía a los derrotados celestes en Montevideo.

Antes de la caída, los uruguayos soportaron que la FIFA separará a Suárez del plantel.

Destrozado, el delantero retornó a su país donde arropado por su gente permaneció hasta viajar a España, donde tras pedir disculpas públicas fichó por el FC Barcelona.

Suárez cumplió la sanción y volvió a brillar, pero la posibilidad de entrar por la puerta grande a la historia de los mundiales quedó relegada, así como la ilusión del pequeño país sudamericano de romper la lógica y gritar campeón.

FUENTE: AFP