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Titans y Buccaneers listos para dar el próximo paso

Cuando los Buccaneers de Tampa Bay y los Titans de Tennessee eligieron a Jameis Winston y Marcus Mariota como la primera y la segunda selección global del draft de 2015, respectivamente, lo hicieron con la esperanza de cambiar el rumbo de sus franquicias.

Tres años después, parece que el rompecabezas está completo.

Tampa Bay y Tennessee terminaron la temporada pasada con idéntico registro de 9-7, y ambos quedaron fuera de playoffs únicamente por criterio de desempate. En esta nueva temporada ambos parecen contar con las herramientas para dar el siguiente paso.

Con dos fórmulas distintas, ni más ni menos.

Los Titans son un equipo que parece construido para el fútbol americano de la vieja escuela. Con una premisa básica: correr el balón y detener la carrera.

La temporada pasada, el equipo del coach Mike Mularkey se apegó a ese guion a la perfección, gracias a una potente línea defensiva y la combinación de DeMarco Murray y Derrick Henry en el backfield. Sin embargo, esos dos corredores no representaban armas suficientes para explotar a su joven quarterback. Ya no más.

Los Titans utilizaron su primer turno del draft para seleccionar al mejor receptor universitario, Corey Davis, de Western Michigan. Su llegada, más la del veterano Eric Decker, le da una nueva dimensión y balance a la ofensiva y, por supuesto, más oportunidades de brillar a su joven quarterback.

La defensiva se mantiene como un trabajo en progreso para el veterano coordinador Dick LeBeau, pero con la llegada del nuevo arsenal para Mariota, la ofensiva puede batirse en un duelo con cualquiera. En especial si se toma en cuenta que el resto del Sur de la AFC no son precisamente los Patriots.

Las oportunidades para Mariota no serán pocas en una división en donde Jacksonville e Indianápolis parten en el papel de víctimas y donde Houston asina como el principal obstáculo entre el equipo y la postemporada.

Para el conjunto de Mularkey, cualquier resultado que no culmine con la primera aparición del equipo en playoffs desde 2008, sería considerado un retroceso.

En Florida, la situación no es muy distinta, el estilo sí.

Winston, un quarterback mucho más vertical como lo demuestran sus dos temporadas de más de 4.000 yardas por aire, también tiene nuevos juguetes. Dos elementos que prometen estirar el campo y convertir a los Bucs en uno de los equipos más dinámicos de la NFL.

Pero antes de que se pueda hablar de sorpresas, postemporada y muchas cosas más, el coach Dirk Koetter tendrá que jugar al alquimista y crear una buena química entre los recién llegados y su joven quarterback.

El veloz DeSean Jackson se presenta como el fichaje estelar de los Bucs para 2017. Un jugador que sería, en el papel, el complemento perfecto a las seguras manos de Mike Evans.

Además de esa trifecta, el draft pasado les regaló la posibilidad de reclutar al tight end de Alabama, O.J. Howard, quien llega a la NFL como una de las armas más peligrosas que estaban disponibles en las filas universitarias.

En caso de que Koetter logre amalgamar los distintos caracteres en su ofensiva, los Buccaneers están llamados a participar en su primera postemporada desde 2007.

Winston y Mariota tienen frente a ellos la posibilidad de continuar hilvanando la historia del uno con el otro. Primera y segunda selección, dos temporadas como profesionales de progreso continuo y los playoffs a la vista.

FUENTE: AP